martes, 17 de enero de 2017

IRODORI - JAPON


Mientras estuve en Japón tuve el honor de conocer esta impactante historia, ahora se la comparto.

“Una fascinante historia de desarrollo comunitario a miles de kilómetros de nosotros la cual es un verdadero ejemplo a seguir” 

La ciudad de Kamikatsu está ubicada entre las montañas de Tokusima a 40 kilómetros de la ciudad aproximadamente. Miles de personas no solamente de Japón si no también del extranjero  vienen a visitar este pequeño pueblo cada año.

La historia comienza con la visita de un joven de nombre Tomoji Yokoishi, cuando este visitó un famoso restaurante de la ciudad de Osaka y observa la belleza de una mujer degustando un hermoso plato decorado con hojas de alce. En Japón es una tradición ver el gran colorido de los platos, pues hay más emoción por los adornos que por la misma comida. Cuando el Sr. Yokoishi llega a la ciudad de Kamikatsu y ve que no hay trabajos para mujeres en un pueblo con muchos ancianos, decide dar a conocer a la comunidad la forma en la que ellos pueden producir las hojas para decorar estos platos y venderlas a las grandes ciudades.

Esta compañía empezó solo con cuatro (4) personas, ya que los ancianos tenían vergüenza en vender cosas comunes y corrientes. Hoy en día la empresa IRODORI cuenta con más de 200 personas con edad promedio de 70 a 90 años. El producto finalmente terminado consiste en recolectar hojas de Alce Colorada, Nandina Verde y Caqui Colorada. En el pueblo de Kamikatsu existen montones de estos árboles, ahora los ancianos plantan estos árboles y luego empieza el proceso de recolección. Actualmente se preparan 320 variedades, las cuales son distribuidas a los restaurantes de todo Japón.


El Sr. Yokoishi sostiene que “es necesario entrenar el cerebro; acostumbrarse siempre a organizar la información obtenida; adquirir habilidad para resolver cualquier situación; agudizar el sentido de la información”. Esto provocó que los ancianos se sintieran con un gran espíritu competitivo, no querían perder contra su vecino, no se daban por vencido. Pues para ellos lo más importante no solamente es vender el producto, sino el valor, la información, el escenario y el mecanismo utilizados por ellos mismos.


A través de IRODORI los residentes de Kamikatsu han adquirido un fuerte sentimiento de pertenencia y un gran orgullo por su ciudad natal. Ahora la siguiente generación ayuda a IRODORI a fortalecer y mejorar  este sistema. Esta sonrisa puede ser suya cuando empiece a explorar los recursos locales, recuerde identificar los recursos locales depende simplemente de la manera en que sus ojos vean lo que está a su alrededor. 

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