jueves, 26 de enero de 2017

SALTOS DE LA DAMAJAGUA




"Turismo, Ecología y Valor Comunitario"
 Cortesia: Alejandro Guzman (Revista Ta'To)

Como si de un corazón se tratara, justo al Centro de la provincia de Puerto Plata, existe un lugar que late a un ritmo muy particular y que da vida a esta región en diferentes aspectos: por ser una de las áreas naturales más importantes, por el atractivo que constituye para este destino turístico y, sobretodo, por la labor social y comunitaria que se desprende de su actividad económica. . .

El Monumento Natural Saltos de La Damajagua, ubicado en la comunidad Llanos de Pérez del municipio de Imbert, y considerado un patrimonio natural único en el área de las Antillas, fue incorporado al Sistema Nacional de Áreas Protegidas por la Ley 202-04 del 30 de julio del 2004. Tiene una extensión de 6 km2, que alberga la cuenca del río Damajagua y es refugio de una gran biodiversidad, en su mayoría nativa y endémica.

La mayor atracción que ofrece este monumento son los “27 Charcos”, una hilera de caídas de agua de 12 a 13 metros que forman piscinas naturales de diferentes formas y dimensiones a lo largo del río. Su belleza es tal que ha alcanzado un nivel de visitación de 60 mil personas por año.

Como área protegida, se administra bajo la modalidad de co-manejo, presidido por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales e integrado, además, por la Asociación de Guías  del Río Damajagua (AGRD), el Ministerio de Turismo, la Gobernación Provincial, el Ayuntamiento de Imbert, la Asociación de Hoteles, Condominios y Establecimientos Comerciales de Playa Dorada, la Administración del Monumento y el representante de los dueños de terrenos involucrados.

Vive la Experiencia.
Luego de equiparse con la indumentaria de seguridad apropiada, el visitante inicia la inmersión hacia un camino que invita a dejar atrás miedos y preocupaciones y sólo resta prepararse para la aventura. Arranca la caminata por un sendero tapizado por hojas, entre rayos de sol que se cuelan por las copas de los árboles y donde el único sonido son los pasos del caminante y el canto de las aves. La respiración se agita y la energía sube justo para vivir lo que viene al final del camino…

Y… ahí está: ante la vista, una hermosa corriente de aguas claras que fluyen trazando el camino que ahora se debe seguir: río abajo. Ha llegado el momento de mojarse y aumentar la adrenalina. Empieza el descenso por las caídas de agua, en ocasiones saltando libremente y algunas otras deslizándose por toboganes naturales para caer en un charco y hacer un gran “SPLASH" tras el inevitable grito de liberación.

Habrá diferentes caídas y varios chapuzones para quedar lo suficientemente satisfecho con esta experiencia que se convierte en inolvidable para todo aquel que la visita.

El Valor Ecológico…
El área total del Monumento alberga una gran diversidad de especies de flora y fauna que forman parte del atractivo del lugar y de su labor de protección al ambiente. Entre las especies vegetales que abundan podemos mencionar caoba criolla, ceiba, anacagüita, almácigo, ubero, roble, cedro, caimoní, cabirma, caimitillo, guanábana, jagua, javilla y pino de teta, destacándose como ejemplares endémicos la guayaba de india y la palma real; también existen especies introducidas de árboles de mango, aguacate, guayaba, cacao, café, jazmín y varias especies de víveres .

Entre las aves que se pueden observar dentro de La Damajagua hay endémicas, residentes y migratorias. Se encuentran, entre otras: cuervo, cigua palmera, carpintero, barrancolí, pájaro bobo, cuatro ojos, ruiseñor, Julian chiví, petigre, cigüita de río, garza de rizo, garza azul, cigua común, rolita, paloma ceniza y perdiz. Esta gran variedad es un claro indicador del buen estado de salud que presenta el ecosistema.

Existen también especies de reptiles, destacándose: jicotea, boa hispaniola, culebrita verde, culebrita sabanera y salta-cocote. Se identifican seis especies de anfibios, de los cuales, cinco son endémicas. Asimismo, el río es hogar de crustáceos como jaibas y camarones y peces como el dajao.
Sin dudas, este es un tesoro ambiental  que sirve de modelo para la conservación de especies y la correcta práctica ecológica.

El impacto Comunitario…
Damajagua es la única área protegida de la provincia que hace inversión comunitaria directa. Vale decir que sus aportes rondan los 2 millones de pesos anuales, repartidos entre construcción de acueductos, capillas, proyectos agrícolas, donación de ambulancia y escuelas para la comunidad local, sin limitarse a ésta, pues se conocen otras acciones en la provincia, entre las que citamos aportes al Centro de Protección y Vigilancia de la Loma Isabel de Torres y contribución a la reparación del Centro de Información del Parque Nacional La Hispaniola, así como otras áreas protegidas de la Provincia.

De la operación del Monumento de La Damajagua se ven beneficiadas aproximadamente 100 familias por el empleo directo que genera, redundando en el empoderamiento que siente la localidad por este recurso invaluable del municipio de Imbert.


La majestuosidad y belleza de la naturaleza se puede abrazar en este “paraíso puertoplateño”, dejando un recuerdo que se confunde entre la paz y la aventura. La gente de la comunidad le pone la chispa con su orgullo y alegría, haciendo que la experiencia sea inigualable.

martes, 17 de enero de 2017

IRODORI - JAPON


Mientras estuve en Japón tuve el honor de conocer esta impactante historia, ahora se la comparto.

“Una fascinante historia de desarrollo comunitario a miles de kilómetros de nosotros la cual es un verdadero ejemplo a seguir” 

La ciudad de Kamikatsu está ubicada entre las montañas de Tokusima a 40 kilómetros de la ciudad aproximadamente. Miles de personas no solamente de Japón si no también del extranjero  vienen a visitar este pequeño pueblo cada año.

La historia comienza con la visita de un joven de nombre Tomoji Yokoishi, cuando este visitó un famoso restaurante de la ciudad de Osaka y observa la belleza de una mujer degustando un hermoso plato decorado con hojas de alce. En Japón es una tradición ver el gran colorido de los platos, pues hay más emoción por los adornos que por la misma comida. Cuando el Sr. Yokoishi llega a la ciudad de Kamikatsu y ve que no hay trabajos para mujeres en un pueblo con muchos ancianos, decide dar a conocer a la comunidad la forma en la que ellos pueden producir las hojas para decorar estos platos y venderlas a las grandes ciudades.

Esta compañía empezó solo con cuatro (4) personas, ya que los ancianos tenían vergüenza en vender cosas comunes y corrientes. Hoy en día la empresa IRODORI cuenta con más de 200 personas con edad promedio de 70 a 90 años. El producto finalmente terminado consiste en recolectar hojas de Alce Colorada, Nandina Verde y Caqui Colorada. En el pueblo de Kamikatsu existen montones de estos árboles, ahora los ancianos plantan estos árboles y luego empieza el proceso de recolección. Actualmente se preparan 320 variedades, las cuales son distribuidas a los restaurantes de todo Japón.


El Sr. Yokoishi sostiene que “es necesario entrenar el cerebro; acostumbrarse siempre a organizar la información obtenida; adquirir habilidad para resolver cualquier situación; agudizar el sentido de la información”. Esto provocó que los ancianos se sintieran con un gran espíritu competitivo, no querían perder contra su vecino, no se daban por vencido. Pues para ellos lo más importante no solamente es vender el producto, sino el valor, la información, el escenario y el mecanismo utilizados por ellos mismos.


A través de IRODORI los residentes de Kamikatsu han adquirido un fuerte sentimiento de pertenencia y un gran orgullo por su ciudad natal. Ahora la siguiente generación ayuda a IRODORI a fortalecer y mejorar  este sistema. Esta sonrisa puede ser suya cuando empiece a explorar los recursos locales, recuerde identificar los recursos locales depende simplemente de la manera en que sus ojos vean lo que está a su alrededor.